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La tragedia del padre Arenas

José Joaquín Fernández de Lizardi


PERSONAJES

EL COMISIONADO REGIO

LA INTRIGA, dama.

LA TRAICIÓN, dama.

LA HIPOCRESÍA, vestida de beato.

EL INTERÉS

EL FANATISMO

EL PADRE ARENAS

VARIOS CLÉRIGOS, FRAILES Y PAISANOS



 

 

Acto primero


Salón corto, y en él el Comisionado, Arenas y los demás.

   

FRAILE

Sea vuecencia bienvenido

 
 

a este reino insolentado.

 

COMISIONADO

Con sólo haber yo llegado,

 
 

presto lo veréis rendido.

 

FRAILE

La gente del septentrión

 
 

siempre a su rey dócil fue.

 

COMISIONADO

Eso ya yo bien lo sé.

 
 

Esta fatal rebelión

 
 

obra es de cuatro tunantes,

 
 

que revestidos de egoísmo,

 
 

afectando patriotismo,

 
 

se han declarado aspirantes.

 

FRAILE

¡Con qué acierto habla vuecencia!

 

OTRO

Y con más se profiriera

 
 

si, por dicha, aquí estuviera

 
 

en toda la independencia.

 

COMISIONADO

Sin haber estado aquí

 
 

de todo estoy informado,

 
 

porque exacta cuenta han dado

 
 

desde México a Madrid

 
 

nuestros más fieles amigos,

 
 

no sólo de lo que hicieron,

 
 

sino aun de lo que dijeron

 
 

nuestros viles enemigos.

 
 

Pero como a mi honor toca

 
 

no proceder de ligero,

 
 

recibir informes quiero

 
 

y que sean de vuestra boca.

 
 

Un pueblo que a ser empieza

 
 

libre, siempre es entusiasta,

 
 

y este entusiasmo nos basta

 
 

para malograr la empresa.

 

FRAILE

No dé a vuecencia cuidado

 
 

lo que ese axioma publica,

 
 

pues aquí se falsifica.

 
 

No estando civilizado

 
 

bastante el pueblo, su empeño

 
 

para hacerse independientes

 
 

como cosa de insurgentes

 
 

siempre parará en un sueño.

 

COMISIONADO

O no, que están constituidos

 
 

con sagacidad y maña.

 

FRAILE

Pero a las leyes de España

 
 

están siempre sometidos.

 

COMISIONADO

Eso prueba discreción,

 
 

pues siendo buenas las leyes,

 
 

¿qué importa las den los reyes

 
 

o las haga una nación?

 

FRAILE

Señor, discreción sería

 
 

si supieran distinguir

 
 

las que pueden convenir

 
 

a su país o a monarquía;

 
 

mas ellos han admitido

 
 

leyes nuestras, que en verdad

 
 

era de necesidad

 
 

las hubieran abolido.

 

COMISIONADO

¿Conque podemos obrar?

 

FRAILE

Señor, nada hay que temer.

 
 

Saben bien obedecer

 
 

pero no saben mandar.

 

COMISIONADO

No obstante eso, mis amigos,

 
 

por seis años han mandado.

 

FRAILE

Y en este tiempo han logrado

 
 

aumentar sus enemigos.

 
 

Por no tener energía

 
 

ni valor de castigarlos,

 
 

con sólo disimularlos

 
 

aumentan más su osadía.

 

COMISIONADO

¿De qué enemigos habláis?

 

FRAILE

Señor, de los gachupines,

 
 

de algunos criollos bien ruines

 
 

y de éstos que aquí miráis.

 

COMISIONADO

¿Pues qué es su enemigo el clero?

 

FRAILE

En su mayor parte no;

 
 

pero piensan como yo

 
 

no pocos.

 

COMISIONADO

Muy bien infiero

 
 

que es muy noble la elección

 
 

de frailes en esta tierra

 
 

para que enciendan la guerra

 
 

por causa de religión.

 

FRAILE

Vuecencia dispensará

 
 

que éste es cargo de nosotros.

 

COMISIONADO

Fío mucho de vosotros

 
 

para la empresa. Mas ya

 
 

me ocurre que la opinión

 
 

es contra todo español.

 

FRAILE

Somos los hijos del sol

 
 

y nos defiende la Unión.

 
 

Esa tercer garantía

 
 

que nos dejara Iturbide

 
 

es la muralla que impide

 
 

de los criollos la osadía.

 

COMISIONADO

Pues con toda esa esperanza,

 
 

aseguro en conclusión

 
 

que es mejor la precaución,

 
 

que no la vana confianza.

 
 

Ésta sólo la tendré

 
 

fundada en vuestra lealtad,

 
 

valor y fidelidad,

 
 

discreción y buena fe.

 
 

Y pues para nuestro intento

 
 

nada nos resta que hacer,

 
 

bien podemos proceder

 
 

a prestar el juramento.

 
 

Sobre la cruz de mi espada

 
 

juro defender la ley

 
 

de Dios y volver al rey

 
 

esta tierra infortunada.

 

TODOS

Con lo que Fernando manda

 
 

juramos todos cumplir:

 
 

vencer, señor, o morir

 
 

gloriosos en la demanda.

 

Hacen salva con las manos, se abrazan todos y se da fin al acto.

   



Acto segundo


El mismo salón. El Comisionado, sentado en silla de terciopelo con bufete delante, y la comitiva en taburetes.

   

COMISIONADO

Ya que hemos jurado,

 
 

¡amados compañeros!,

 
 

ser fieles al monarca

 
 

mejor que conocieron

 
 

las pasadas edades

 
 

y los presentes tiempos;

 
 

ya que todos estamos

 
 

ciertamente resueltos

 
 

a vengar los agravios

 
 

que estos criollos perversos,

 
 

rebeldes y traidores

 
 

a su corona hicieron,

 
 

separándose infieles

 
 

de su yugo paterno;

 
 

y ya que decididos

 
 

con sacro juramento

 
 

estamos a morir

 
 

o sus reales derechos

 
 

sostener, y que vuelvan

 
 

estos rebeldes reinos

 
 

a recibir el yugo

 
 

del borbónico imperio,

 
 

es preciso os presente

 
 

el plan o reglamento

 
 

que debe conducirnos

 
 

en este grande empeño,

 
 

para que si advirtiereis

 
 

que contiene algún yerro,

 
 

lo notéis, pues que sólo

 
 

se consulta el acierto.

 
 

¿Os parece?

 

FRAILE

Señor,

 
 

cuando os reconocemos

 
 

nuestro muy digno jefe,

 
 

comisionado regio,

 
 

en quien Fernando el grande

 
 

sus confianzas ha puesto,

 
 

decir sólo nos toca

 
 

que los vuestros preceptos

 
 

serán obedecidos,

 
 

desde luego, al momento

 
 

que se nos comuniquen,

 
 

sin excusa o pretexto

 
 

que entorpecer pudiere

 
 

su puntual cumplimiento;

 
 

y así sólo deseamos

 
 

oír el plan propuesto,

 
 

para admirar en él

 
 

vuestros grandes talentos

 
 

y ponerlo por obra,

 
 

que es todo nuestro anhelo.

 

COMISIONADO

De vuestra conocida

 
 

lealtad y amor sincero

 
 

que tenéis al monarca,

 
 

no esperaba yo menos.

 
 

A su nombre y al mío

 
 

daros las gracias debo

 
 

por vuestra deferencia

 
 

a sus reales preceptos,

 
 

esperando que llegue

 
 

el muy deseado tiempo

 
 

en que vuestras virtudes,

 
 

heroicidad y esfuerzo

 
 

os hagan acreedores

 
 

a los más dignos premios,

 
 

que os están prevenidos

 
 

por el monarca ibero.

 
 

El plan es el que sigue;

 
 

escuchad con silencio

 
 

pues ya comienzo a leer.

 
 

«Artículo primero.

 
 

La religión cristiana

 
 

en todos estos reinos

 
 

será reconocida

 
 

en su esplendor ileso,

 
 

como era el año de ocho,

 
 

poniendo el justiciero

 
 

tribunal de la fe

 
 

para que haga escarmientos

 
 

de herejes, de masones,

 
 

publicistas perversos

 
 

que la soberanía

 
 

atribuyen al pueblo».

 
 

«Artículo segundo.

 
 

Declarar que este reino

 
 

es propiedad y herencia

 
 

del monarca supremo

 
 

de España, por lo cual

 
 

deberá su gobierno

 
 

reinstalarse, conforme

 
 

está el que allá tenemos

 
 

que es el más acertado».

 
 

«Artículo tercero.

 
 

Nombrarán los obispos

 
 

y los cabildos mesmos

 
 

una nueva regencia

 
 

que gobierne estos pueblos

 
 

a nombre del monarca

 
 

hasta su real decreto».

 
 

«Cuarto. Dar pasaporte

 
 

a cuantos extranjeros

 
 

no hayan manifestado

 
 

adhesión y respeto

 
 

al señor de ambos mundos,

 
 

a Fernando el supremo,

 
 

entrando en esta cuenta,

 
 

por razón de extranjeros,

 
 

aun los mismos ministros

 
 

de diferentes reinos».

 
 

El artículo quinto

 
 

es en provecho vuestro.

 
 

«A los capitulados

 
 

vuélvanse los empleos,

 
 

los destinos y grados

 
 

que antes obtuvieron,

 
 

que restituir es justo».

 
 

El artículo sexto

 
 

dice: «Los oficiales

 
 

que leales y discretos

 
 

se adhieran este plan,

 
 

obtendrán desde luego

 
 

los destinos y honores,

 
 

preeminencias y empleos

 
 

que en el año de veinte

 
 

tenían, en justo premio

 
 

de su servicio al rey...»

 
 

¿Qué decís, compañeros?

 
 

¿Aprobáis, pues, el plan?

 

FRAILE

Es muy justo, ligero

 
 

y católico..., en fin,

 
 

obra de un gran talento;

 
 

lo que se falta es que ponga

 
 

desde luego en efecto.

 

COMISIONADO

¿Juráis, pues, todos juntos

 
 

fielmente obedecerlo?

 

TODOS

Sí juramos. No quede

 
 

vivo el traidor protervo

 
 

que lo desobedezca

 
 

ahora ni en ningún tiempo.

 
 

Esto juramos todos

 
 

sin mentira ni miedo,

 
 

y si quiere vuecencia

 
 

también lo firmaremos

 
 

con cuanta sangre anima

 
 

nuestros valientes cuerpos.

 

COMISIONADO

¡Españoles al fin!

 
 

Así me lo prometo

 
 

de vuestra bizarría

 
 

y muy noble ardimiento.

 
 

Daros gracias quisiera

 
 

en brillante dialecto

 
 

por tanta heroicidad.

 
 

Ya la victoria cuento

 
 

con tan leales soldados

 
 

y valientes guerreros;

 
 

pero pues que no es dado

 
 

a mis cortos talentos

 
 

elogiar dignamente

 
 

vuestro valor, os ruego

 
 

mi gratitud admitan

 
 

en un pequeño obsequio.

 

Toca una campanilla y los criados sacan una mesa decente, en la que se pone un buen refresco. Se levantan todos y brindan por el rey de España, por la santidad de León XII y sus memorables encíclicas, por la reconquista de este reino, por la de Colombia, Chile, Buenos Aires y Guatemala, y aun hubo quienes brindaron por el coronel Iturbide, Plan de Iguala y tercera garantía, y otros por la vana confianza, miramientos y disposiciones del gobierno actual. Pasados los brindis, se concluyó el acto segundo.

   

 

Acto tercero


El mismo salón y los mismos actores.

   

COMISIONADO

Ilustres compañeros,

 
 

hijos de Marte, impávidos guerreros

 
 

a quienes los Ulises, los Alcides,

 
 

los Pelayos, los Cides,

 
 

Pompeyos y Scipiones

 
 

reconocen cual leones

 
 

de valor tan profundo,

 
 

que a su rugido solo tiembla el mundo:

 
 

ya se acerca el instante

 
 

de llevar nuestros planes adelante,

 
 

para lo cual es justo

 
 

comisionaros; pero vuestro gusto,

 
 

vuestra elección, inclinación y ciencia

 
 

yo quiero consultar, pues la experiencia

 
 

a cada cual advierte

 
 

para qué es útil, para qué es inerte;

 
 

y así cada uno diga

 
 

qué es lo que puede hacer y a qué se obliga.

 

FRAILE

Todos obedecemos,

 
 

mas primero queremos

 
 

que hablen las damas.

 

COMISIONADO

Yo también lo quiero;

 
 

tal querer es deber de caballero.

 
 

Señora doña Intriga, dama hermosa,

 
 

¿vos qué podéis decir?

 

INTRIGA

Yo, poca cosa.

 
 

Introducirme en las secretarías

 
 

y hacer con disimulo de las mías.

 
 

Revolver los ministros y oficiales;

 
 

hacer que unos de otros sean rivales;

 
 

que crean son provechosas

 
 

providencias que dicten ominosas,

 
 

como la desmembranza,

 
 

de las tropas que hoy son de su confianza;

 
 

de México sacarlas con pretextos

 
 

que juzguen por muy justos, muy honestos,

 
 

para que así, dispersas

 
 

por mil partes diversas,

 
 

no puedan auxiliarse

 
 

y el enemigo pueda aprovecharse

 
 

de la tal división. También intento

 
 

no perder un momento

 
 

para que se asegure, y sin demora

 
 

el estado mayor...

 

COMISIONADO

Basta, señora;

 
 

sois útil, en efecto;

 
 

con sólo realizar ese proyecto

 
 

tenemos lo bastante

 
 

para llevar los planes adelante;

 
 

porque el choque inminente

 
 

del estado mayor y el presidente

 
 

que habrá..., ¡verdad notoria!,

 
 

pondrá en vuestras manos la victoria.

 
 

¿Vos qué podéis hacer?

 

TRAICIÓN

¿Yo? Que inhumanos

 
 

muchos americanos

 
 

que tienen de chaquetas mil resabios,

 
 

o recordando agravios,

 
 

o ya con ambición muy importuna,

 
 

creyendo hacer fortuna

 
 

en esta nueva guerra,

 
 

contra su misma tierra

 
 

con traición denonada

 
 

encaren el fusil, tiren la espada

 
 

y la sangre derramen inhumanos

 
 

de sus padres, amigos y paisanos.

 

COMISIONADO

Su fortuna se labra

 
 

la Traición si nos cumple su palabra.

 
 

Y vos, señora beata,

 
 

¿a qué os comprometéis?

 

HIPOCRESÍA

¿Yo?, ¡patarata!,

 
 

a andar con mi rosario y con mis novenas

 
 

en las casas ajenas

 
 

a todos inquietando,

 
 

y gruñendo y rezando

 
 

salmos y letanías

 
 

haré que aprendan bien las mañas mías.

 
 

En fin, soy muy humilde y no me agrada

 
 

alabarme a mí propia para nada.

 
 

Que llegue la hora, sí, no me rebajo,

 
 

y vuecencia verá que tal trabajo.

 

COMISIONADO

En la guerra, hija mía,

 
 

poco tendrá que hacer la Hipocresía.

 
 

¿Y vos qué haréis, amigo y compañero?

 

INTERÉS

¿Contamos con dinero?

 

COMISIONADO

Sí, señor Interés, con él contamos.

 

INTERÉS

Pues nuestros planes ya los realizamos.

 
 

Yo me introduciré con mucho tiento

 
 

con miles de onzas de oro al campamento

 
 

de nuestros enemigos,

 
 

y en un decir Jesús, nuestros amigos

 
 

volveré a muchos jefes y oficiales,

 
 

siquiera los viciosos más fatales

 
 

que al oro sacrifican sin violencia

 
 

su honor, su bienestar y su existencia;

 
 

que por lo que respecta a los soldados,

 
 

yo os daré reclutados

 
 

cincuenta o ciento diarios.

 

COMISIONADO

¿Cómo es eso?

 

INTERÉS

Ofreciéndole un peso

 
 

de prest a todo aquel que se deserte

 
 

y que venga a buscar...

 

COMISIONADO

Será su muerte

 
 

pues un traidor merece

 
 

morir a manos del que favorece;

 
 

y vos, fray Fanatismo reverendo,

 
 

¿qué de cosas haréis?

 

FANATISMO

Soy estupendo.

 
 

Haré mil maravillas auxiliado

 
 

de tanto fraile honrado,

 
 

que predicarán listos

 
 

con sables, con pistolas y con cristos

 
 

a la gente vulgar y a la canalla,

 
 

que está el cielo irritado

 
 

con ellos por haberse separado

 
 

de nuestra madre España,

 
 

seducidos con maña

 
 

por los independientes,

 
 

perjuros, revoltosos, disidentes,

 
 

herejes, desalmados,

 
 

francmasones, judíos, excomulgados

 
 

infames y traidores

 
 

dignos de los rigores

 
 

del español gobierno

 
 

y, después, de las penas del infierno.

 
 

Predicarán también con grito fuerte

 
 

que si la temporal y eterna muerte

 
 

que tienen merecida

 
 

quisieran evitar, muden de vida,

 
 

por siempre abandonando

 
 

las ideas liberales, y a Fernando

 
 

reconociendo rey y sin segundo

 
 

señor de España y deste Nuevo Mundo.

 
 

Predíquenles también a grito herido:

 
 

que los han seducido,

 
 

que los han engañado,

 
 

que esos que llaman héroes, ahora y antes

 
 

han sido unos herejes, protestantes,

 
 

dignos de mil hogueras

 
 

o de morir a manos de las fieras.

 
 

Que la soberanía

 
 

es peculiar del rey; que es herejía,

 
 

condenada por mil Inquisiciones,

 
 

el decir que reside en las naciones.

 
 

Que si por el Señor reinan los reyes,

 
 

es claro que sus leyes

 
 

deben obedecerse ciegamente

 
 

por cualesquiera gente

 
 

que precie de cristiana

 
 

católica y romana,

 
 

y hacer quisiera vida meritoria

 
 

para agradar a Dios e irse a la gloria.

 
 

Y vos, ¡oh, confesores!,

 
 

de los predicadores

 
 

secundaréis al punto esa doctrina

 
 

tan segura, tan suave y tan divina,

 
 

haciendo ver a vuestros penitentes

 
 

que los independientes

 
 

son herejes, masones y demonios;

 
 

y esto con testimonios

 
 

de la santa escritura

 
 

lo probaréis por cosa muy segura,

 
 

y que están obligados en conciencia

 
 

a denunciar cualquier ocurrencia

 
 

en donde se hable contra gachupines;

 
 

lo que les probaréis con mil latines,

 
 

haciendo que denuncien conocidos,

 
 

hijos, hermanos, padres y maridos

 
 

al superior gobierno,

 
 

si quieren escaparse del infierno.

 
 

Todo esto se ha de hacer con modo y arte;

 
 

pero, por otra parte,

 
 

do no bastare persuasión y ruego,

 
 

entrad a sangre y fuego,

 
 

en el nombre de Dios crucificado,

 
 

esas malditas gentes;

 
 

entrad, digo otra vez, frailes valientes;

 
 

pillad, quemad, talad campiñas, casas;

 
 

dejadlo todo reducido a brasas,

 
 

después de asesinar como cristianos

 
 

hombres, mujeres, niños y aun ancianos,

 
 

y de este modo, al fin de la victoria

 
 

os haréis acreedores a la gloria.

 

COMISIONADO

Con placer he escuchado

 
 

vuestro sermón, mi padre, y me ha agradado,

 
 

pues con él considero

 
 

logrados nuestros planes por entero;

 
 

mas es preciso que circulen pronto.

 
 

Un sujeto no tonto,

 
 

valiente, de carácter, animoso,

 
 

resuelto y malicioso,

 
 

para empresa tan alta

 
 

es solamente aquí lo que me falta.

 

FRAILE

Pues quien puede reunir prendas tan buenas

 
 

es nuestro hermano fray Joaquín Arenas.

 

ARENAS

Servidor de vuecencia.

 

COMISIONADO

Déme los brazos vuestra reverencia.

 
 

Yo de usted me prometo

 
 

que con juicio y secreto,

 
 

arte, sagacidad, industria y maña

 
 

hará el negocio de la madre España,

 
 

con disimulo la opinión sembrando

 
 

y prosélitos buenos resultando.

 

ARENAS

Descanse vuecencia sin cuidado,

 
 

que pues del padre Arenas se ha confiado,

 
 

todo estará concluido

 
 

y muy pronto, señor.

 

COMISIONADO

Id entendido

 
 

que en casos semejantes

 
 

es menester ser cautos, vigilantes

 
 

y estudiar de los hombres las miradas.

 

ARENAS

Son para mí lecciones olvidadas

 
 

las que vuecencia se ha servido darme.

 
 

Yo sé bien conducirme y sé portarme.

 
 

A los americanos

 
 

los conozco, señor, como a mis manos.

 
 

Son débiles, cobardes, ignorantes;

 
 

con dos o tres gigantes

 
 

que les sepan pintar, vuelven casaca

 
 

y dejan sus promesas en la estaca.

 
 

Verá vuecencia, sí, qué de oficiales,

 
 

comerciantes, empleados, generales

 
 

no le presento...

 

COMISIONADO

¿Y cuándo?

 

ARENAS

Eso según los fuere resultando.

 

COMISIONADO

Pero es mucho ofrecer.

 

ARENAS

Antes es poco;

 
 

aún más me atrevo a hacer, no soy motroco,

 
 

pues si se pica más mi vanagloria,

 
 

he de traer a Guerrero y a Victoria.

 

COMISIONADO

No, no se empeñe tanto, camarada,

 
 

y vayamos a hacer una frailada.

 

ARENAS

A ver, señor, los planes, que ya es tarde

 
 

y quiero hacer de mi valor alarde.

 

COMISIONADO

Aquí los tiene vuestra reverencia;

 
 

con ellos vaya Dios.

 

ARENAS

Y con vuecencia

 
 

quede también, y duerma sin cuidado,

 
 

que el tiempo le dirá de quién se ha fiado. (Se va.)

 

COMISIONADO

Todo está ya concluido, caballeros;

 
 

id, pues, a trabajar.

 

FRAILE

Nuestros esmeros

 
 

pondremos en campaña,

 
 

y antes también.

 

COMISIONADO

Digamos viva España,

 
 

viva la religión, viva Fernando

 
 

y muera esta república rabiando.

 

Palmoteos y se da fin al acto.

   

 

Acto cuarto


La misma sala: en ella el Comisionado registrando papeles.

   

COMISIONADO

Estos planes son seguros;

 
 

la cosa puede lograrse,

 
 

y más si pueden juntarse

 
 

cuatro millones de duros.

 
 

Tiemblen nuestros enemigos,

 
 

porque con estos millones,

 
 

mis buenas disposiciones

 
 

y el favor de mis amigos...

 

Sale un Criado precipitado.

   

CRIADO

Escapad, Comisionado.

 

COMISIONADO

¡Cómo! ¿Pues qué ha sucedido?

 

CRIADO

Que el fraile nos ha vendido

 
 

y el diablo nos ha llevado.

 

COMISIONADO

¿Cómo así?

 

CRIADO

No hay cómo así.

 
 

Ya fray Joaquín está preso

 
 

y a usted le hiede el pescuezo

 
 

a cáñamo como a mí.

 

COMISIONADO

¿Qué es eso? ¿Qué estás diciendo,

 
 

hombre, que me vuelves loco?

 

CRIADO

Con razón; no lo estoy poco

 
 

y más que me iré poniendo.

 

COMISIONADO

Cuéntame, pues, el pasaje

 
 

con sencillez, cómo fue.

 

CRIADO

Sí, señor, pues oiga usted

 
 

y muérase de coraje.

 
 

Salió el padre muy garboso,

 
 

valiente y precipitado,

 
 

muy firme, muy denodado

 
 

y resueltamente brioso;

 
 

cargó con el plan fatal

 
 

derecho a casa de Mora...

 

COMISIONADO

¿Y quién es esa señora?

 

CRIADO

El capitán general.

 

COMISIONADO

¿Y qué el fraile al comandante

 
 

de armas el plan le llevó?

 

CRIADO

Al mismo.

 

COMISIONADO

¿Y qué sucedió?

 

CRIADO

Nada: le echaron el guante,

 
 

y para que no se vaya

 
 

con industrias ni con tretas,

 
 

le han puesto un par de calcetas,

 
 

pues, de la mera Vizcaya.

 

COMISIONADO

¡Jesús! Hombre, esto está malo;

 
 

y al fin; ¿en qué parará

 
 

fray Joaquín?

 

CRIADO

Nada, en que irá

 
 

con palma y corona al palo.

 

COMISIONADO

¿Cómo con palma y corona?

 
 

¿Pues qué, es mártir?

 

CRIADO

Qué sé yo;

 
 

pero así se los espetó

 
 

al señor Mora en persona.

 

COMISIONADO

¡Qué fraile! ¡Qué inadvertencia!

 
 

A todos nos ha perdido.

 
 

¡Quién le hubiera conocido!

 

CRIADO

¡Mal haya su reverencia!

 

Entran de tropel todos los demás conspirantes.

   

FRAILE

Señor.

 

COMISIONADO

Nada me digáis,

 
 

porque ya todo lo sé.

 

FRAILE

No todo.

 

COMISIONADO

¿Pues cómo?, ¿qué?

 

FRAILE

Es preciso que me oigáis.

 

COMISIONADO

¿El fraile me ha descubierto?

 

FRAILE

Sólo el nombre.

 

COMISIONADO

¡Qué ligero!

 
 

Si supiera el verdadero

 
 

lo hubiera dicho por cierto.

 
 

¡Qué fraile tan condenado!

 

FRAILE

Endemoniado, señor;

 
 

no lo hubiera hecho peor

 
 

si se le hubiera pagado.

 

COMISIONADO

¿En qué estado está el proceso?

 

FRAILE

En el grado más fatal,

 
 

porque ha pedido el fiscal...

 

COMISIONADO

¿Qué cosa?

 

FRAILE

Sólo el pescuezo.

 

COMISIONADO

Aunque el pedimento aterra,

 
 

como el juicio es militar

 
 

bien lo puede reformar...

 

FRAILE

¿Quién?

 

COMISIONADO

El consejo de guerra.

 

FRAILE

Es muy vana, si se advierte,

 
 

la esperanza de vuecencia,

 
 

pues todos a competencia

 
 

lo sentenciaron a muerte.

 

CRIADO

Son unos tales y cuales

 
 

los que sentencian a un santo.

 

COMISIONADO

Calla, yo hiciera otro tanto

 
 

si afianzara a los vocales.

 

Ruido de tiros, y entra azorado un hombre.

   

HOMBRE

¡Jesús me valga en mis penas!

 
 

¿Qué es lo que pasa por mí?

 

COMISIONADO

¿Qué te ha sucedido, di?

 

HOMBRE

Que fusilaron a Arenas.

 

COMISIONADO

¿Cómo, hombre?

 

HOMBRE

Muy fácilmente.

 
 

Los soldados lo llevaron,

 
 

por la espalda le apuntaron,

 
 

¡trum!, y cayó derrepente.

 

COMISIONADO

¿Y hay más presos?

 

HOMBRE

Un montón,

 
 

y tal vez otros caerán.

 

COMISIONADO

No son todos los que están,

 
 

ni están todos los que son.

 

CRIADO

¡Qué desgracia!

 

OTRO

¡Qué sorpresa!

 

COMISIONADO

Que es desgracia considero;

 
 

mas de ella sacar espero

 
 

ventajas para la empresa,

 
 

pues si un fraile se ha perdido

 
 

por ligero e imprudente,

 
 

ya obrarán más cautamente

 
 

los que le han sobrevivido.

 

FRAILE

Si en sólo el fraile parara...

 

COMISIONADO

Aunque mueran veinte o treinta

 
 

cuando les hagamos cuenta,

 
 

nos la pagarán bien cara.

 
 

Ahora es menester constancia;

 
 

sagacidad, no furor;

 
 

juicio, prudencia, valor,

 
 

disimulo y vigilancia.

 
 

El gobierno envanecido

 
 

con el triunfo dormirá;

 
 

sí, dormirá, si es que ya

 
 

a esta hora no está dormido.

 
 

Cuando a un fraile ha fusilado

 
 

y tiene otros pocos presos,

 
 

dirá que ha hecho mil excesos

 
 

de rigor y asegurado;

 
 

creerá todo el septentrión

 
 

a nosotros confundidos,

 
 

medrosos y disuadidos

 
 

de seguir la rebelión

 
 

si en esta muerte, en efecto,

 
 

se apoyare su confianza,

 
 

yo no pierdo la esperanza

 
 

de realizar el proyecto

 
 

de la heroica reconquista

 
 

de este vasto continente.

 
 

Morirá todo insurgente;

 
 

sí, morirá a letra vista,

 
 

con tal que haya orden y modo

 
 

francos con los enemigos,

 
 

fingiéndonos sus amigos

 
 

y observándolos en todo.

 
 

La intriga y el fanatismo,

 
 

los frailes y el interés

 
 

trabajarán a la vez,

 
 

y, trabajaré yo mismo.

 
 

Es nuestro primer deber

 
 

confianza inspirarles mucha,

 
 

y así a la hora de la lucha

 
 

no se podrán defender.

 
 

El dividir la opinión

 
 

es un bello pensamiento,

 
 

y para tan noble intento

 
 

que sirva la religión.

 
 

Para esto es muy necesario

 
 

que los nuestros de ambos cleros

 
 

aprovechen con esmeros

 
 

púlpitos y confesionarios;

 
 

porque aquí, para entre nos,

 
 

es fanática esta gente,

 
 

y morirá alegremente

 
 

si cree que muere por Dios.

 
 

Diligencias son forzosas

 
 

corromper a los congresos

 
 

para que hagan mil excesos

 
 

y dicten leyes odiosas,

 
 

tratando una y muchas veces

 
 

de encarnizar los partidos,

 
 

para que estén desunidos

 
 

los yorkinos y escoceses.

 
 

De este modo la opinión

 
 

dividida se hallará,

 
 

y el golpe se les dará

 
 

sin que haya contradicción.

 

FRAILE

A Mora el comandantillo,

 
 

a Tornel y al fiscal Facio

 
 

juro a Dios que muy despacio

 
 

los he de hacer picadillo.

 

INTERÉS

Yo como afiance a Victoria

 
 

y a Vicentillo Guerrero,

 
 

haré que con este acero

 
 

no quede de ellos memoria.

 

FANATISMO

Yo a cuantos americanos...

 

COMISIONADO

Basta, amigos, de bravear,

 
 

las lenguas han de callar

 
 

y que hablen sólo las manos

 
 

a su tiempo. Oíd lo que os digo:

 
 

no es gran cosa ni decente

 
 

el echarla de valiente

 
 

a espaldas del enemigo.

 

INTERÉS

Pues a las obras, señor.

 

FRAILE

Yo a las obras me remito.

 

OTRO

Pues yo lo mismo repito.

 

COMISIONADO

Eso será lo mejor.

 

FRAILE

Temo que nuestra intención

 
 

el gobierno desbarate,

 
 

pues su fuerza se recate

 
 

y tema esta prevención.

 

COMISIONADO

Yo pienso por el contrario,

 
 

pues por ahora está confiado

 
 

y se juzga asegurado

 
 

sin temor a su adversario.

 

FRAILE

De este gobierno, señores,

 
 

creíbles son tales arrojos,

 
 

si es que no le abren los ojos

 
 

los malditos escritores.

 

COMISIONADO

Fárragos he visto enteros

 
 

de esos que llamáis autores,

 
 

y he leído en tales primores

 
 

la obra de mil chapuceros.

 
 

Papeles necios y fríos,

 
 

fraudulentos y cansados,

 
 

insulsos, desvergonzados,

 
 

torpes, groseros e impíos

 
 

vomitan aquí las prensas,

 
 

y creo que aun los cargadores

 
 

pueden meterse a escritores

 
 

en diciendo desvergüenzas.

 
 

Papel son, ¡voto a tal!,

 
 

que causan náusea y coraje,

 
 

pues estropean el lenguaje

 
 

y, corrompen la moral.

 
 

Éstos en la vida, amigo,

 
 

crea usted que al gobierno instruyan

 
 

en contra nuestra, aunque fluyan

 
 

a millones.

 

FRAILE

Yo lo digo.

 
 

Esos chambones rastreros

 
 

dan muy poco que temer;

 
 

pero hay otros que a mi ver

 
 

son temibles escritores,

 
 

porque escriben con lisura,

 
 

con juicio y moderación,

 
 

sosteniendo la opinión

 
 

con dignidad y cordura.

 
 

Persuaden sin maldecir,

 
 

ilustran sin pedantear,

 
 

reprueban sin injuriar

 
 

y convencen sin mentir.

 
 

Papeles de tal tamaño

 
 

temo yo más que al infierno,

 
 

porque instruyen al gobierno,

 
 

y esto cede en nuestro daño.

 

COMISIONADO

Yo por mi parte veré

 
 

todo eso como oropeles.

 
 

¿Qué importan tales papeles

 
 

si el gobierno no los lee?

 

FRAILE

En Puebla los compañeros

 
 

que hay presos van delatando

 
 

a gran prisa y van cantando,

 
 

pero como unos jilgueros.

 
 

Al padre Hidalgo lo asgaron

 
 

y con otros lo prendieron;

 
 

a Arana ya lo cogieron

 
 

y a Martínez lo enjaularon.

 
 

Mañana caerá Negrete,

 
 

Chavarri, y éste y los otros,

 
 

y luego a todos nosotros

 
 

nos liarán como un cohete,

 
 

y por buena providencia

 
 

nos excusarán de penas,

 
 

haciéndonos lo que a Arenas,

 
 

sin que se escape vuecencia.

 

COMISIONADO

Es de temer, a fe mía,

 
 

ese fin tan inclemente,

 
 

si este gobierno insurgente

 
 

prosigue con energía

 
 

en nuestra persecución,

 
 

pues si derriba cabezas

 
 

de realistas, adiós proezas,

 
 

adiós de mi comisión.

 

FRAILE

Pierda vuecencia cuidado,

 
 

que no ha de llegar a tanto;

 
 

este gobierno es un tanto

 
 

piadoso y considerado.

 
 

Son a la vez muy severos

 
 

los jueces americanos;

 
 

pero es con sus paisanos,

 
 

mas no con los extranjeros.

 
 

Ya reos de lesa nación

 
 

tiene muchos, pero apenas

 
 

puede ser que muera Arenas

 
 

por contentar la opinión.

 

COMISIONADO

¿Cómo?; ¿pues no me han contado

 
 

que ya ese fraile murió?

 

FRAILE

Eso no lo dije yo,

 
 

lo dijo un cobarde criado

 
 

que temor sólo respira.

 
 

Éste unos tiros oyó,

 
 

que era ejecución pensó

 
 

y ha contado tal mentira.

 

COMISIONADO

¿Y por qué no han fusilado

 
 

a ese fraile? Ya el proceso

 
 

está concluido, confeso

 
 

y convicto el sentenciado.

 

FANATISMO

Eso de degradación

 
 

creo que los trae en temores.

 

COMISIONADO

¡Oh, qué piadosos señores!

 
 

¡Bien haya su religión!

 
 

Pero si se me lograra

 
 

mi grande empresa algún día,

 
 

mil frailes fusilaría

 
 

y a ninguno degradara.

 

FANATISMO

A continuar decididos

 
 

estamos todos, señor.

 

FRAILE

Viva el español valor:

 
 

muertos, pero no vencidos.

 

COMISIONADO

La piedad americana

 
 

que viva también diremos,

 
 

pues con ella venceremos

 
 

cuando no fuere hoy, mañana.